Parece que el prestigio de una barba bien cuidada se está viendo mermado en ciertos sectores de la sociedad. Durante los últimos años, el vello facial masculino ha ido cogiendo protagonismo dentro de la moda y convirtiéndose en un elemento atractivo para el que la lleva con buen gusto y cuidada.
No obstante, elInstituto Estatal de Serología de Dinamarca (SSI) ha publicado una recomendación respecto a la barba en el sector sanitario clasificando entre las que sí son adecuadas para la profesión y las que son menos oportunas para la seguridad en la salud, entre trabajadores y pacientes. La duda surge en el momento en el que el uso de las mascarillas se convierte en necesario en espacios sanitarios y ciertamente, la barba no permite una adhesión plena a la piel, por lo que las que tienen función más protectora pierden gran parte de ella por su uso incorrecto.
De momento, no existe una imposición oficial, pero es un primer comunicado que tiene intención de “atacar” a los barbudos en el sector de la sanidad. La conclusión a la que llegan las recomendaciones del SSI es que lo mejor consiste en afeitarse completamente, pero no se preocupen los amantes de las barbas vikingas, también se puede recortar y será igualmente válido e higiénicamente aceptable. Otra cuestión es esa: ¿es más higiénico quien lleva barba y se la cuida cada día o aquél que se afeita cada dos, pero no se lava la cara en todo ese tiempo?
Recomendaciones de tipos de barba y bigote en sanitarios
Entre las recomendaciones se considerarían como válidas las barbas tipo: Dalí, Verdi, The Zappa o bigotes convencionales no excesivamente poblados como en el caso del tipo Walrus. En cambio se deben evitar barbas con demasiada personalidad o muy frondosas como la barba Unión o la barba Trenza, de forma que disminuya el riesgo de protección de complementos sanitarios.
Pese a estas recomendaciones, el debate se encuentra sobre la mesa, ya que ni el Instituto conoce hasta qué punto disminuye la efectividad de las mascarillas así que se “lavan las manos” al respecto. Lo más recomendable es mantener una higiene diaria de la cara e ir renovando el material sanitario frecuentemente; lo más sensato es buscar opciones efectivas y tolerantes e intentar evitar restricciones a todo coste.
Vivimos una época de mayor complicación en el sector sanitario y hay que disponer de toda la información posible para nuestra seguridad y la de la gente que nos rodea, por eso hay que ser solidarios con nuestros allegados y allegadas y con toda esa gente que está al pie del cañón, dando la cara, con o sin barba, por toda la población.